Descubre cómo la Climatización Solar Avícola es crucial en el mundo competitivo de la avicultura. Aprende como ha transformado una granja de pollo en México, generando un ahorro significativo en el consumo de gas y una reducción notable en las emisiones de dióxido de carbono.
Enfrentando el alto consumo de gas y las emisiones contaminantes
Nuestro protagonista, propietario de una granja de pollo en México, se enfrentaba a un desafío común en la industria: un alto consumo de gas para mantener una temperatura adecuada en las casetas de pollos. Además, esto se traducía en emisiones de dióxido de carbono que afectan tanto el medio ambiente como los costos operativos de su granja.
Descubriendo la clave del ahorro y la sostenibilidad de la Climatización Solar Avícola
Decidido a encontrar una solución más eficiente y amigable con el medio ambiente, se enteró de la CalefacciónSolar Avícola. Este innovador sistema aprovecha la energía solar para calentar las casetas de pollos, eliminando la dependencia del gas y reduciendo drásticamente las emisiones de dióxido de carbono.
El impacto del cambio hacia la sostenibilidad
Una vez implementada la Calefacción Solar Avícola en la granja, los resultados fueron asombrosos. Se instalaron 20 criadoras en el galpón, con una distancia establecida de 5 metros entre cada una. Cada zona tenía 5 criadoras, alcanzando la temperatura ideal de 33°C.
Durante las primeras horas de la mañana, alrededor de las 7 am, se producía una bajada de temperatura máxima que duraba aproximadamente 2 horas antes de recuperarse. Después de este periodo, no se presentaban anomalías en la temperatura.
El inicio del día laboral se determinaba encendiendo las luces del galpón, lo cual permitía evaluar cómo se acomodaron los pollos durante la noche. Al momento de inicio del día laboral, la temperatura en la zona de las criadoras era de 25.64°C, mientras que la zona de criadoras de gas registraba 21.65°C.
El encendido de las criadoras se reducía gradualmente, manteniendo una temperatura de aproximadamente 27°C. Al final, se realizaban tan solo dos encendidos de 10 minutos cada uno.
En cuanto al consumo de energía, cada criadora consumía 20 amperios por línea y utilizaba dos resistencias en paralelo con un valor de 20 ohmios cada una, lo que resultaba en un consumo de energía de 4.4 kW.
Una ventaja destacada de la criadora eléctrica es que comenzaba a aumentar su temperatura aproximadamente 40 minutos después de encenderla, mientras que la de gas tardaba alrededor de dos horas. La criadora eléctrica alcanzó una temperatura de 29°C después de su encendido, lo cual era 2 grados más alta que la criadora de gas. En promedio, había siempre una diferencia de 1°C debido a la ubicación, pero cuando se encendían las criadoras, la diferencia podía ser de 2 a 3°C. La criadora eléctrica solía encenderse cuando la temperatura promedio estaba por debajo de los 22°C.
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